“Cuando Jesús alzó los ojos y vio que una gran multitud venía hacia Él, dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para que coman estos?” (Juan 6:5)
Estamos familiarizados con la narración del Evangelio de hoy (Juan 6:1-15) en el que Jesús multiplicó los panes y los peces, alimentando a la multitud. En los versos que siguen, Jesús se refiere al alimento holístico: el físico y el espiritual. En este momento de aislamiento que continúa para muchos de nosotros, enfoquémonos en el alimento de la Palabra de Dios.
Citando al Profeta Amós 8:11: “He aquí que vienen días en que yo mandaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Dios”
San Eugenio escribió:
«Frecuentemente la acción de la gracia se adelanta a la predicación evangélica y los corazones a los que llega experimentan desde su inicio, la necesidad de abrirse […] y dar la bienvenida a la divina semilla».
Obispo de Mazenod, Carta Pastoral 1844.
Que este día sea una oportunidad para abrirnos y dar la bienvenida a la divina semilla – y compartir los frutos.
Que además tomemos conciencia de las personas en nuestro entorno, repitiendo las palabras de Jesús: “¿Dónde comparemos pan para que coman?” y dar una respuesta generosa a las necesidades de los bancos de alimentos o del programa de alimentos en nuestra área.