Llegar a ser plenamente lo que presentan los ocho puntos del retrato robot del párrafo de apertura es el objetivo y el resultado de vivir de un modo totalmente acorde a la Regla. No solo individualmente, puesto que la Regla ofrece una clara identidad, unidad y fuerza a todo el cuerpo de Misioneros, y asegura su continuidad y sus frutos en las vidas de aquellos a los que se dirige su ministerio.
El ejemplo de los santos y la razón nos prueban claramente que es necesario, para mantener el buen orden en una sociedad, fijar ciertas reglas de conducta que reúnen a todos los miembros que la componen en una práctica uniforme y en un espíritu común: eso es lo que constituye la fuerza de los organismos, mantiene en ellos el fervor y asegura su permanencia.
Avant propos, Règle de 1818, Missions, 78 (1951) p.11