RECONOCER LA NECESIDAD PROPIA DE CONVERSIÓN (Constitución 9)

Como miembros de la Iglesia profética, los Oblatos han de ser testigos de la santidad y la justicia de Dios, reconociéndose ellos mismos necesitados de conversión. Anuncian la presencia liberadora de Cristo y el mundo nuevo que nace de su resurrección» (Constitución 9)

Como miembros de la Familia Carismática Oblata, compartimos la función profética de la Iglesia: buscar, señalar y promover la presencia de Dios en medio del mal y acompañar a la gente en su camino de transformación.

¡PERO hay una condición!  Requerimos estar constantemente en un viaje de conversión personal en la que demos a diario testimonio de la presencia de Dios.  A menos que lo hagamos y recibamos la energía del Salvador, tenemos el riesgo de ser como tantos políticos y de usar los mismos métodos.  Este es el peligro del que advirtió Eugenio en su declaración de visión que ahora conocemos como Prefacio.  Dirigido al principio a los sacerdotes Oblatos, su alcance y vocabulario puede ajustarse para abarcar a toda la Familia Carismática actual.

“Están convencidos de que, si se formasen sacerdotes inflamados de celo, desprendidos de todo interés, de sólida virtud, en una palabra: hombres apostólicos que, convencidos de la necesidad de su propia reforma, trabajasen con todas sus fuerzas por la conversión de los demás, se podría abrigar la esperanza de hacer volver en poco tiempo los pueblos descarriados a sus obligaciones largo tiempo olvidadas. «Cuídate tú y cuida la enseñanza, recomienda San Pablo a Timoteo; sé constante; si lo haces, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan» (1 Tim. 4, 16)”Prefacio

A menos que busquemos la conversión constantemente, no podremos soportar las críticas atraídas por el ministerio profético.

 

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1 respuesta a RECONOCER LA NECESIDAD PROPIA DE CONVERSIÓN (Constitución 9)

  1. Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI dijo:

    Gracias Señor por tu amor y misericordia, te pido me ayudes a vivir en todo momento de mi vida, mi conversión sincera para poder continuar el camino según tu voluntad. Bendice a toda la Familia Carismática del mundo.
    Alabado sea Jesucristo y María Inmaculada. Amén.

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