“Como miembros de la Iglesia profética, los Oblatos han de ser testigos de la santidad y la justicia de Dios, reconociéndose ellos mismos necesitados de conversión. Anuncian la presencia liberadora de Cristo y el mundo nuevo que nace de su resurrección» (Constitución 9)
En nuestra Regla se expresa el centro de nuestra espiritualidad, el enfoque de nuestro carisma y la fuente de nuestra misión: “A través de la mirada del Salvador crucificado vemos el mundo rescatado por su sangre, con el deseo de que los hombres en quienes continúa su pasión conozcan también la fuerza de su resurrección”. (C 4)
En la Constitución 9 vemos la visión de nuestra fundación, llevándonos a hacerlo con exactitud, como escribió el P. Fernand Jetté, nuestro Superior General de 1974 a 1986:
“… todos reconocen la necesidad de que una Congregación misionera dedicada a la evangelización de los pobres se abra a esta nueva dimensión, con un claro compromiso y según su vocación propia, a luchar por la justicia y la defensa de los derechos humanos. Tal es la razón de este importante artículo, que no carece de elán (ed. fuerza impulsora).
De hecho, el profetismo que requiere, aun cuando pueda asumir en forma especial la justicia social, es mucho más amplia que la sola defensa de los derechos humanos. Expresa la realidad en el centro mismo de la vida religiosa, su profetismo básico, concretamente el mundo, es decir, el mundo lleno de ambigüedad y caracterizado por el pecado en el que vivimos, un mundo a ser reclamado a través de la justicia de Dios y la santidad. De vivir como se debiera, es decir, radicalmente, la vida religiosa es, por su sola existencia y la práctica de los votos, tanto un reclamo absoluto, a menudo callado, de todo lo que es terrenal en el mundo y en la Iglesia, como la proclamación de un nuevo mundo nacido de la resurrección de Cristo.
(El Hombre Apostólico, pág. 99)
Haznos fuertes y valientes para reconocer nuestra necesidad de conversión y así poder anunciarte, para atraer a otros a Tí Señor. Fuertes y valientes para caminar junto a nuestros hermanos y trabajar en la búsqueda de la Justicia y la Paz, en el mundo que nos regalaste con amor. San Eugenio de Mazenod ruega por nosotros y el mundo entero.
LA ESPIRITUALIDAD EN DIOS, Y LA RESURRECCIÓN EN JESUCRISTO ES LO QUE AGRADECEMOS Y ROGAMOS A NUESTRA SANTÍSIMA MADRE VIRGEN MARÍA RUEGUE PARA LO VIVAMOS NOSOTROS. SALUDOS HERMANOS OMI, FELICIDADES !.
LA ESPIRITUALIDAD EN DIOS, Y LA RESURRECCIÓN EN JESUCRISTO ES LO QUE AGRADECEMOS Y PEDIMOS A NUESTRA SANTÍSIMA MADRE VIRGEN MARÍA RUEGUE PARA QUE LO VIVAMOS NOSOTROS. SALUDOS HERMANOS OMI, FELICIDADES !.