LA OBLACIÓN DEL BEATO PAUL THOJ XYOOJ, CATEQUISTA LAICO

“Esforzándose por reproducirle en la propia vida, se entregan obedientes al Padre, incluso hasta la muerte, y se ponen al servicio del pueblo de Dios con amor desinteresado. Su celo apostólico es sostenido por el don sin reserva de la propia oblación, oblación renovada sin cesar en las exigencias de su misión”. (Constitución 2)

El ideal Mazenodiano lleva a los Oblatos, en un amor desinteresado, a dar todo por la gente como cooperadores del Salvador, incluso hasta la vida.  El Beato Joseph Cebula, los Mártires Oblatos de España y de Laos han sido reconocidos por la Iglesia como mártires.  No son los únicos, pues hay cerca de 200 que han perdido la vida por su ministerio.  En España tenemos al laico Beato Cándido Castán, quien fue asesinado con el grupo de mártires Oblatos.

Sin embargo, hoy quisiera destacar a un laico en peligro de ser olvidado, a quien considero como uno de los “santos patronos” de los miembros laicos de nuestra Familia Carismática.

Paul Thoj Xyooj, quedó cautivado por la visión de la misión de los Oblatos y se asoció a ellos, compartiendo su oblación extrema, de martirio.  Nacido en 1941, hijo de un jefe local en la Provincia de Louang Prabang, estuvo en el primer grupo de catecúmenos de los recién llegados misioneros Oblatos. A los 16 años expresó su deseo de convertirse en sacerdote y fue al seminario menor. Dándose cuenta de que su llamado era al matrimonio en vez del sacerdocio, dejó el seminario y se hizo catequista, trabajando con los Oblatos y los Hmong, lo que fue invaluable por saber el idioma que los misioneros luchaban por aprender. La sencillez de su fe era contagiosa (y hace sonreír), al leer el testimonio de su enseñanza:

“Son personas con el pecado original, por lo que son pecadores y solo tendremos una vida en esta tierra, muriendo y volviendo a ella.  Sin embargo, Dios nos ama mucho y nos nos ha abandonado; es por ello que envió a su único Hijo Jesús, quien fue crucificado para asumir todos nuestros pecados. Estuvo sepultado por tres días y resucitó de nuevo.  Está con su Padre en el cielo.  Jesús volverá a los creyentes para resucitarlos, como él resucitó.  Así que todos los hombres serán apuestos y las mujeres serán hermosas, todos tendrán salud y vida eterna.  Vivirán con Dios en el Cielo, con amor, como las aves que vuelan en el cielo sin tener que trabajar, aunque teniendo comida y ropa por toda la eternidad”.

A los 19 años Xyooj acompañaba al P. Mario Borzaga en sus viajes misioneros a las aldeas pobres y fue capturado por los rebeldes. Rehusándose a abandonar al Oblato, también murió como mártir.  Como miembro de la Familia Mazenodiana, fue beatificado junto con 6 Oblatos, continuando como ejemplo de vivir de forma heroica nuestra visión de fundación y como intercesor para todos los miembros de la familia universal de Eugenio, en la búsqueda de vivir nuestra oblación.

Los testigos han dicho que en sus últimos momentos pidió a los rebeldes no asesinar al P. Borzaga:

El joven laosiano dijo, “No lo maten, porque no es americano, sino italiano y es un muy buen sacerdote, amable con todos; ¡solo hace el bien!”,  “pero no quisieron creerle y luego dijo: “No me voy a ir, me quedaré con él; si lo matan, a mí también”. “Donde él muera, yo moriré, y donde viva, ahí viviré”. “Los rebeldes respondieron: “Realmente eres necio, ¿así que quieres morir también?” “Respondió ¡Sí! Y ambos fueron asesinados”.

Beato Paul Kyooj, reza por nosotros.

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