LA REGLA EXPRESA LA EXPERIENCIA DE EUGENIO CON NUESTRO SALVADOR CRUCIFICADO
Eugenio experimentó un cambio en su vida al pie de la Cruz, al darse cuenta de ser pobre y necesitar al Salvador. Después notó también la pobreza de la gente de Francia y de todo el mundo posteriormente, por no conocer a Jesucristo como Salvador y compañero de viaje en sus vidas. Así, Dios le llamó a convertirse en sacerdote y más adelante, a invitar a otros a unírsele en lo que se convertiría en su Familia Oblata.
El primer artículo de la primera Regla (1818) refleja el camino peregrino de Eugenio:
“El propósito del Instituto de los Misioneros de Provenza es, antes que nada, formar un grupo de sacerdotes que viviendo juntos, luchen por imitar las virtudes y ejemplos de nuestro Salvador Jesucristo, dedicándose principalmente a predicar la Palabra de Dios a los pobres”.
Regla de 1818
Al imitar a nuestro Salvador Jesucristo en su predicación del Evangelio a los pobres encontramos el motivo de la existencia de nuestra Familia Carismática Oblata. Cada uno de en su forma particular de vida, somos llamados a compartir nuestra experiencia de la presencia del Salvador en la pobreza de nuestros corazones. A través del testimonio en nuestras vidas, “predicamos” las Buenas Nuevas a quienes necesitan a Dios.
En 1826, la Iglesia reconoció oficialmente que en nuestras Constituciones y Reglas encontramos los medios para realizarlo.
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