A pesar de la falta de cooperación y la hostilidad del Obispo de Argelia, el pensamiento más importante para Eugenio era la salvación de las almas y por ello aconsejó a los Oblatos permanecer en el lugar.
“¿Qué hacer ahora? Si no se trata de tan grandes intereses y si la salvación de las almas no estuviera en riesgo, mi decisión no tardaría; pero las consecuencias de tal determinación llevarían a perder todas las esperanzas que hemos concebido para la conversión y buena dirección de una cristiandad descuidada, y por ello merece reflexión.
Así, no decidiré bajo la presión de las injusticias y las ofensas que deben soportar…
Tengan pues paciencia, inspirados en pensamientos celestiales; acepten por el momento lo que les ofrecen, puesto que es la condición para su estancia en una misión que presenta tan hermoso futuro…. No te dejes abatir personalmente, mi querido P. Viala, por procedimientos tan extraños y tan poco esperados. Dios, a quien sirven, será su consuelo y su recompensa”.
Carta al P. Jean Viala en Blida, Argelia, Abril 5, 1849, EO IV (África) núm. 8
REFLEXIÓN
Las dificultades nos desalientan, pero si mantenemos en mente el panorama mayor, tendremos la fuerza para perseverar. Al realizar la tarea de Dios, debemos solo esperar que Él nos lo tome en cuenta, y no el agradecimiento de los demás.