SOLO TENGAMOS PRESENTE A DIOS
Los Oblatos llegaron a Argelia a principios de marzo. El acuerdo con el Obispo era que vivirían en comunidad, siendo responsables de la parroquia en Blida como base para su tarea misionera y atender los servicios religiosos del hospital. Sin embargo, el Obispo no respetó el acuerdo y tuvieron que vivir a la entrada del pueblo y atender siete aldeas separadas donde no había iglesias. Acondicionaron una capilla abierta al público para los servicios, que les atrajo la hostilidad del párroco local.
Los Misioneros estaban contrariados con el Obispo, pero Eugenio los alentó:
“Nunca hay que olvidar las consideraciones debidas a un Obispo, aun cuando se tenga quejas de él. Me despido pronto, por temor a perder el correo. Adiós pues, mi querido Padre, no te dejes abatir por ningún contratiempo, no te precipites llevado por un justo resentimiento por las injusticias sufridas. Conoces los consejos que nos da el Apóstol a ese propósito, quien ha sufrido tantas de todas partes y de todas clases. Sólo tengamos presente a Dios, y El vendrá en nuestra ayuda, ¿No es ya una hermosa compensación el bien que realizas, en Boufarik o en los pueblos de nuestros colonos?
Me despido y saludo a todos muy afectuosamente…”
Carta al P. Jean Viala en Argelia, Marzo 5, 1849, EO IV (África) núm.6
REFLEXIÓN
Cuando algo no va como esperamos, es conveniente el consejo de Eugenio: enfoquémonos en Dios y confiemos en Su ayuda.
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