“Fue María Magdalena y anunció a los discípulos: ¡He visto al Señor!, y que Él le había dicho estas cosas.» (Juan 20:18)
María Magdalena fue quien primero se dio cuenta de que Jesús había resucitado y se apresuró a decirles a los discípulos, quienes estaban temerosos y aislados en el cuarto de arriba. “¡He visto al Señor!”, proclamó. Incrédulos al principio, también comenzaron a sentir que Jesús estaba vivo
Tras la Revolución Francesa, la gente de la campiña de Francia estaba encerrada por la ignorancia de su fe. Eugenio de Mazenod había reconocido la presencia de Jesús Resucitado en su vida, que dedicó a proclamar “¡He visto al Señor!” a quienes más necesitaban conocer al Señor Resucitado.
Invitando a los demás a entrar a esta vida de proclamación, fundó a los Misioneros Oblatos e insistió en que dividieran su tiempo entre “ver al Señor” en la oración, la lectura y reflexión, y en proclamar “¡He visto al Señor!”, a quien habían encontrado, de esta forma:
Los Misioneros se organizarán de modo que, mientras unos dentro de las comunidades se ejerciten en adquirir las virtudes y los conocimientos propios de un buen misionero, otros recorran los campos anunciando la palabra de Dios.
Al regresar de sus tareas apostólicas, volverán a la comunidad para descansar y dedicarse al ejercicio de un ministerio menos pesado y a prepararse, mediante la meditación y el estudio, a hacer aún más fructífero su ministerio, al ser llamados a nuevas tareas.
Petición de Autorización Dirigida a los Señores Vicarios Generales de Aix, Enero 25, 1816, E.O. XIII núm. 2