EUGENIO Y LA HISTORIA DE FRANCIA: FIN DE LAS POLÍTICAS ANTI-RELIGIOSAS DE NAPOLEÓN

El 4 de abril de 1814 Napoleón fue forzado a abdicar, restaurándose la monarquía Bourbon con el rey Luis XVIII. El historiador y biógrafo, Jean Leflon describe la reacción a la caída de Napoleón en Francia, en especial en Provence:

“No obstante, la furia de la gente contra Napoleón y sus fieles seguidores era férrea; incluso el arrebato subió de intensidad al confundirse las mentes con el entusiasmo del regreso del rey. Se añadieron apasionadas manifestaciones a favor de la legítima dinastía, intensificadas por otros notablemente agresivos en contra del Usurpador y sus partisanos. Las multitudes enardecidas derribaban las estatuas del Emperador, destruían los emblemas imperiales en las fachadas de monumentos públicos, hostigaban a cualquiera conocido por ser fiel a su causa y forzaron a los generales y oficiales civiles a aclamar a los Bourbon. Napoleón mismo, al pasar por Provence en su huida a la isla de Elba, corría el mayor riesgo.

… Considerando haber sido victimada por la megalomanía del corso, Provence le culpaba de todos los trastornos y se volvía en su contra, liberando la exasperación que se había intensificado con los años; los Bourbon, por el otro lado, capitalizando las esperanzas de la gente de que su dinastía terminaría con todas las desdichas restaurando la paz y la prosperidad, asumieron el papel de salvadores.

Leflon II páginas 3-4

En esa época Eugenio se recuperaba de su cercanía a la muerte debido al tifo. Leflon continúa:

Las reacciones personales de Eugenio de Mazenod en 1814 y 1815, como las de sus coterráneos Provenzales, no eran todas tan intensas; sin embargo, eran igualmente inspiradas por una fiera hostilidad al régimen napoleónico. La misma desigualdad continuaría en reacciones sucesivas, mientras que sus arraigados sentimientos seguirían surgiendo de la misma hostilidad. Sin embargo, debe comprenderse claramente que desde el comienzo, si hemos de juzgar por los documentos existentes, el joven sacerdote estuvo apartado de todas las arenas políticas, permaneciendo en el terreno sacerdotal… Sin duda no era indiferente a los reclamos de Provence y de sus amistades monárquicas…  aunque dejó dichos debates puramente temporales a los demás y durante la reforma general dedicó todos sus esfuerzos a trabajar por la regeneración espiritual que las políticas anti-religiosas de Napoleón hacían imperativa y que su caída hacía ahora posible. 

Leflon II págs. 5 – 6

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