“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”. Constitución 7
Después de una observancia religiosa del catecismo por 25 años y antes de su conversión, Eugenio sabía intelectualmente quién “es Cristo”. En su conversión experimentó el conocimiento que ya tenía, iniciando una relación con Jesucristo que sería la cualidad característica del resto de su vida.
La conversión no significó conocer a Jesús, sino conocerle en una relación que le apasionó. De ahí en adelante “actuaría en todo y por todo” solo por él y le amaría “por sobre todas las cosas”.
Lo que recibió fue tan poderoso que le llevó a compartirlo con los demás, en especial con quienes cuya situación dificultaba llegar al mismo conocimiento. Para Eugenio, fueron los pobres, según describe en su carta a su madre:
“Siendo el Señor mi testigo, lo que desea de mi es que renuncie a un mundo en el que es casi imposible hallar la salvación, tal es el poder de la apostasía; que me dedique en especial a su servicio y trate de reavivar la fe que se extingue entre los pobres; en una palabra, que esté dispuesto a realizar cualquier orden que desee darme por su gloria y la salvación de las almas que ha redimido por su preciosa sangre”.
Carta a su madre, Junio 29, 1808, EO XV núm. 27.
Todos los que comparten el carisma de Eugenio participan en la misma dinámica de trabajar para llevar a los demás al mismo conocimiento vivencial del Salvador. Cada uno a su manera y en sus circunstancias particulares, tiene la misión de ayudar a los demás en el proceso.
Es destacado lo que dice el texto “haciéndoles descubrir «quién es Cristo». El significado de la misión no es llegar a las personas y llenarlas de conocimiento, sino caminar con ellas en su descubrimiento y profundizar su comprensión del significado de la relación con Jesús. Cuando Eugenio utiliza esta frase en el Prefacio, habla de ayudar a la gente a comprender lo que Jesucristo es para ellos (“ce que c’est que Jésus Christ”), quién es en sus vidas y el significado que tiene.
Que el carisma Oblato, que hemos decidido seguir, nos comprometa llevar a Jesús a todas las personas, especialmente las que no conocen su infinito amor por cada uno de nosotros.
DIOS NOS BENDIGA E ILUMINE EN TODO, hnos Jesús mismo DIOS como Padre e hijo y el Espíritu Santo nos lleva a vivir en amor con el, no solo en conocimiento sino en profundizar la relación de JESUCRISTO en nuestra vida, de darle el valor verdadero, conciente de nuestro actuar.