ALGO QUE SE SIGUE DE RESPONDER A LA LLAMADA DE JESUCRISTO A TRAVÉS DEL GOZO Y LA GENEROSIDAD DE NUESTRAS VIDAS

Una vez que Madame Gontier y sus chicas hubieron abandonado el local, todo el edificio del convento Carmelita estuvo disponible para los misioneros. Con muchas habitaciones disponibles, ahora era posible acomodar a otros.

Eugenio había comenzado su Congregación de la Juventud tres años antes, y estos jóvenes vinieron a la casa de la comunidad cada Jueves y cada Domingo. Ellos vieron, con sus propios ojos, como vivían los misioneros, el espíritu que reinaba entre ellos y el celo y la pasión por la misión de este primer grupo entusiasta. A ellos les gustaba lo que veían y les atraía seguir sus pasos. No es sorprendente, además, que los primeros cuatro novicios que se unieron a los Misioneros eran miembros de la congregación de la juventud de Eugenio.

De ahí que podemos entender lo que está a la base de las palabras de Eugenio dos meses después, cuando está fuera y escribe a la comunidad de Aix:

Abrazo a nuestros queridos novicios y pido a Dios que les conceda imitar vuestras virtudes.

Carta dirigida a “nuestros queridos hermanos, los misioneros en Aix”,
julio de 1816, O.W.VI n. 12.

Los primeros novicios vinieron porque “querían imitar” las virtudes de los Misioneros. Puesto que esta era la vocación de los misioneros, imitar las virtudes y ejemplos de Jesucristo, tenemos un claro ejemplo del carisma: seguir a Jesús en un modo que es común y particular para un grupo. Hoy, nuestras Constituciones y Reglas continúan este empuje que data de nuestros comienzos como familia religiosa:

Cristo no cesa de llamar a algunos hombres para que le sigan y anuncien su Reino. Hemos de ser conscientes de que por el gozo y la generosidad de nuestras vidas, otros son invitados a responder a este llamamiento. Aprovecharemos todas las ocasiones para dar a conocer las urgentes necesidades de la Iglesia y del mundo, y el modo en que la Congregación trata de responder a ellas.

Constitución 52.

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