LAS MISIONES POPULARES: LA ERECCIÓN DE LA CRUZ DE LA MISIÓN EN MARSELLA.

El historiador Robert hace una descripción de la cruz de la misión siendo traída a Marsella por Eugenio en una flota de barcos desde el mar, a la conclusión de la misión de 1820, que añade un toque inusual a la ceremonia:

… se ha visto este magnífico cortejo, compuesto por más de tres mil personas, y la cruz llevada en triunfo en un carro tan insólito… Pero la admiración y el entusiasmo públicos han llegado a su colmo cuando se ha oído a un nuevo san Pedro, predicando en su barca, en lengua provenzal, a los pescadores y a los marineros del conocido puerto. La elocuencia sencilla y tan persuasiva del Sr. abate de Mazenod, jefe de los misioneros de Provenza, ha causado la más viva impresión. De pie y con capa roja al pie de la cruz, ha expuesto los sagrados misterios con este fuego y esta energía de los oradores nacidos en nuestra ardiente región … ha tenido la dicha de oír… repetir con las aclamaciones más clamorosas, los gritos de viva Jesús, viva su Cruz, viva el Rey y su familia, gritos consoladores que él mismo había pronunciado primero, con tan gran emoción…

ROBERT, Précis historique, p. 65-66

La elocuencia y persuasión de Eugenio cuando habla sobre los misterios del Salvador, se debe más a su propia experiencia de salvación que a su acalorado carácter, propio de su lugar de nacimiento.

Nota: esto parece ser así solamente en el tiempo documentado en el que Eugenio permitía a la gente gritar su aclamación por el rey. En el período de la Restauración, el catolicismo era considerado la religión oficial del estado, protegida por el rey. De ahí que Eugenio viera el peligro de insertar la lealtad a los Borbones como un componente de la religión.

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