La reputación de Marsella era de no estar muy a favor del rey Luis Felipe, y en ocasiones había protestas en su contra. Debido a ello, el rey había decidido que el ferrocarril propuesto no llegaría a Marsella. Eugenio le escribió para concientizarlo sobre la consecuencia que esto tendría en su popularidad. En 1842, anotó en su diario:
“¡Qué feliz sería si mis observaciones movieran al rey a modificar un proyecto tan funesto para nuestra ciudad! Nadie sospecharía de dónde viene este favor y que sería el obispo, cuya solicitud debe abarcarlo todo, quien lo procurara para su pueblo. Los ingratos se beneficiarían de él, tanto como los demás”.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 21, 1842, EO XXI
El rey cedió ante la presión y se construyó la línea de ferrocarril de Lyon a Marsella, siendo inaugurada en enero de 1848.
REFLEXIÓN
“Este país no será un buen lugar para vivir para ninguno de nosotros, a menos que lo convirtamos en un buen lugar para vivir”. (Theodore Roosevelt)