¿CÓMO REHUSAR ESTE DON DE DIOS?

Los Oblatos de Francia vieron una expansión inesperada en 1847: en primer lugar, al establecerse en Nancy, al noreste del país.  Luego vino la inesperada y providencial invitación de abrir una casa para los predicadores de misiones en Limoges, en la parte central de Francia, a 700 kilómetros de Aix en Provence.

Vemos la anotación de Eugenio en su Diario:

“¿Qué nos pide la divina Providencia? ¡Bondad de Dios! El señor obispo de Limoges [Mons. B. Buissas] escribe para ofrecerme un establecimiento magnífico en su ciudad episcopal. La casa está lista para recibir a los misioneros que me pide…
 
¿Cómo rehusar este don de Dios? Una fundación en el centro de Francia, donde los pueblos tienen tanta necesidad de ser evangelizados.
 
Pero también, ¿cómo formar personal en ese establecimiento, cuando estamos ocupados en formar el de Nancy y cuando hay que enviar tantos misioneros, ya sea a Canadá o a Ceilán? Hay motivos para quebrarse la cabeza.

Diario de Eugenio de Mazenod, Octubre 3, 1847, EO XXI

Entusiasma al P.Vincens:

“Toma el mapa y busca dónde se encuentra Limoges, en el centro de Francia, contiguo a algunas buenas diócesis, aunque también teniendo otras vecinas con más necesidad de misiones que Angouleme, Bourges, etc. Me he postrado ante Dios con la primera carta del buen Obispo que me ofrecía ese vasto campo donde trabajar, con tan grandes ventajas”.

Carta al P. Ambroise Vincens, Octubre 19, 1847, EO X núm. 949

REFLEXIÓN

«No podemos medir a la Divina Providencia con el parámetro de la mentalidad humana”. (A.J. Cronin)

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *