Leemos en el Diario de Eugenio:
“Respuestas de nuestras casas sobre la cuestión que les presenté. Habría que registrarlas todas, son tan edificantes… Será una hermosa página en nuestra historia. Se verá el espíritu que anima a esta congregación y la abnegación de quienes la componen. Desafío a las órdenes que merecidamente gozan de estimación en la Iglesia, a presentar un ejemplo más bello.”
Eugenio continúa: “Que se lean las cartas de…” dando 13 nombres de Oblatos:
“… y se juzgue si el espíritu de Dios les anima, si comprenden el patrimonio común de nuestra querida familia, que es la dedicación a la Iglesia y el amor a la congregación.”
Diario de Eugenio de Mazenod, Julio 24, 1841, EO XX
Algunos días después exclama con entusiasmo:
“Ellos honrarán a nuestra pequeña y humilde congregación, que despliega su estandarte por vez primera fuera de los límites de su cuna, y atraerán con su santidad y el esfuerzo de su celo la bendición de Dios, no solo sobre la tarea que emprenden, sino sobre toda la congregación, en cuyo nombre van a luchar.”
Diario de Eugenio de Mazenod, Agosto 6, 1841, EO XX
¡Ese pequeño paso fue un salto enorme para la Familia Mazenodiana! Espero que a Neil Armstrong no le moleste que utilice sus palabras, pero esa aceptación llevó a un cambio importante en el paradigma para nosotros y miles de personas, enriquecidos por los misioneros Mazenodianos.