La entrada en el diario de Eugenio del 1° de mayo de 1839 se refiere a un evento sucedido hacía 37 años y que recordaba cada año.
Como es mi costumbre, dije la Misa por la duquesa de Cannizzaro, quien murió en esta fecha y fue como mi madre todo el tiempo que pasé en Sicilia.
Diario de Eugenio de Mazenod, Mayo 1°, 1839, EO XX
La duquesa de Cannizzaro fue la madre adoptiva de Eugenio en Palermo. Era generosa con los pobres y Eugenio le ayudaba a distribuir su ayuda entre los necesitados. En esa época había escrito:
Lo demostré a su muerte [Abril 29 de 1802], cuando todos vieron que mi dolor fue incomparablemente más profundo que el de sus hijos. La princesa a quien con tanta razón llamaba madre, nos fue arrebatada súbitamente: el golpe fue cruel y la herida profunda; me afectó por mucho tiempo, incluso caí enfermo. Me dijeron que al ver el cadáver me arrodillé al pie de su lecho, gritando repetidamente con dolor: “¡He perdido a mi madre, he perdido a mi madre!”
Diario del Exilio en Italia, EO XVI
Ese fue el primer encuentro del joven Eugenio con la muerte de alguien a quien estaba apegado emocionalmente. Su reacción había sido intensa y veremos ahora qué tan profundamente le afectaría la muerte de sus seres queridos en el futuro.