La misión principal de todas las comunidades Oblatas era predicar las misiones en lengua provenzal. El formato había permanecido sin cambio desde 1816.
Eugenio subraya lo importante en cada misión: Toda ceremonia debía tener el impacto suficiente para atraer la atención, por la cual se proclamará y aceptará el mensaje del Evangelio.
Lo que prescribe la Regla, por ejemplo:
la llegada de los misioneros a la región a evangelizar no puede ser suprimida, ni aun transitoriamente, más que con mi autorización expresa. Son obligatorias para todas nuestras misiones la consagración a la Santísima Virgen, la renovación de las promesas del bautismo, la promulgación de la ley, la procesión del Santísimo Sacramento, el servicio para los difuntos y la instrucción después del Evangelio de la misa solemne de Réquiem, así como la procesión y la absolución en el cementerio, la primera procesión llamada de penitencia, el ejercicio preparatorio al acto de contrición, el acto de contrición separado para los dos sexos y la comunión general.
Carta a Bruno Guigues, Noviembre 5, 1877, EO IX núm. 652
“Y eso hablando únicamente —a más no me atrevo— de lo que Cristo ha llevado a cabo sirviéndose de mí para hacer que los paganos respondan a la fe. Se ha valido para ello de palabras y acciones, de señales y prodigios, y de la fuerza del Espíritu… Eso sí, hice siempre cuestión de amor propio proclamar ese mensaje allí donde Cristo era aún desconocido; nunca quise edificar sobre cimiento ajeno, para que se cumpla la Escritura: Los que no tenían noticia de él, podrán ver, y los que nada habían oído de él, entenderán.» (Romanos 15:18-21)
Hemos abordado esto a detalle en entradas anteriores, de http://www.eugenedemazenod.net/esp/?p=618
a
http://www.eugenedemazenod.net/esp/?p=735
Si desean leer más, pueden ir a las páginas 169-234 de Santucci, F., Eugenio de Mazenod, Cooperador de Cristo Salvador comunica su espíritu”,