HOY QUEREMOS AYUDARNOS PARA CENTRARSE EN LA CRUZ Y RESURRECCIÓN

La cruz de Jesús ocupa el centro de nuestra misión. Como el Apóstol Pablo, predicamos «a Jesucristo, y éste crucificado» (1 Cor 2, 2). Si llevamos «en el cuerpo la muerte de Jesús», es con la esperanza «de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo» (2 Cor 4, 10). A través de la mirada del Salvador crucificado vemos el mundo rescatado por su sangre, con el deseo de que los hombres en quienes continúa su pasión conozcan también la fuerza de su resurrección (cf. Fil 3, 10).

CC&RR, Constitución 4

Detail of an icon written by Lauretta Agolli

Para el joven Eugenio, su encuentro con la Cruz fue un peldaño hacia la nueva vida – hacia la resurrección. Algunos de nosotros fuimos criados para mantener nuestra mirada al pie de la Cruz, reflexionando en nuestro infortunio y en cuánto sufrió Jesús por nosotros. Es verdad que nunca podremos meditar lo suficiente sobre el precio que Jesús tuvo que pagar para rescatarnos de nuestra  desdicha.

Sin embargo lo hizo, murió para rescatarnos de nuestra adversidad y llevarnos a la plenitud de vida en la resurrección. “Si llevamos “en el cuerpo la muerte de Jesús”, es con la esperanza “de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”.

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