Poco después de la llegada de los Oblatos a Córcega, Eugenio escribió con orgullo:
El P. Guibert ha podido dominar al primer intento. No podrías creer con qué prontitud y habilidad ha puesto todo en marcha. Ya está dispuesto el seminario, y el 6 de este mes se hará la apertura solemne, probablemente por Monseñor mismo, que estará de regreso para entonces. El P. Guibert lo dejó en Bastia para elegir un local apropiado y tratar con las autoridades. Se sorprenden en Ajaccio al ver terminada en tan corto tiempo una operación que parecía interminable…
Carta a Jean Baptiste Mille, Mayo 2, 1835, EO VIII núm. 513
No podrías creer con qué habilidad Guibert ha realizado su tarea él solo, porque el Sr. Obispo se había quedado en Bastia, mientras Guibert trataba en Ajaccio con las autoridades civiles. Se los digo de paso, para su satisfacción…
Carta a Bruno Guigues, Mayo 3, 1835, EO VIII núm. 514
Hippolyte Guibert mostró su extraordinario talento al establecer el seminario mayor. No es de sorprender que siete años después fuera nombrado Obispo de Viviers, y más adelante Cardenal Arzobispo de París. Es comprensible por qué él y el Padre Tempier eran los confidentes más cercanos cuando Eugenio debía tomar una decisión importante respecto a los Oblatos.