Yvon Beaudoin nos dice:
“Es el momento crucial del drama de Mons. de Mazenod. Él, tan romano, parece abandonado por la Curia, mientras la policía puede de ahí en adelante expulsarlo de Francia en cualquier momento y separarlo de todo cuanto le es querido: su tío Fortunato, Tempier, sus Oblatos, etc. Con razón escribe Rey que el año de 1834 fue para el Fundador un año de agonía.” (EO 8 páginas XXV-XXVI)
Reconocemos su angustia en esta oración en su carta al Vaticano:
Quisiera tener un corazón menos sensible: amaría menos, me ocuparía menos de muchas cosas que me llegan al fondo del alma, y sería feliz.
Carta al Obispo Frezza, Secretario de la Congregación para Asuntos Extraordinarios en el Vaticano, Noviembre 28, 1834, EO XV núm. 175