No es necesario decir que no está permitido nunca recibir la menor retribución, ni por predicar, ni por instruir, ni por administrar los sacramentos, ni por cualquier otro ministerio …
Regla de 1818, Capítulo 3, §1. De la predicación.
El Misionero, cooperador del Salvador, debe imitar el ejemplo de los apóstoles:
“De gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en vuestros cintos, ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén.” Mateo 10:8-10