Eugenio pasó 13 días en St. Laurent, escribiendo las 55 páginas de las Reglas. Su biógrafo, Jeancard, lo describe en forma poética como Moisés “subiendo el Monte Sinaí para recibir los Mandamientos de Dios.”
Este no fue el caso – aunque el proceso de redacción fue realizado en un verdadero espíritu de oración y discernimiento de la voluntad de Dios. Es por ello que pudo decir con convicción a los Oblatos cerca del final de su vida:
Por mi parte, mis muy queridos Hijos, me contentaré en resumir mi consejo en una sola recomendación: lean y mediten sobre sus Santas Reglas. En ellas encontrarán el secreto de su perfección; contienen todo lo que es necesario para llegar a Dios.
Circular 1, 2 de agosto de 1853, EO XII