TODOS LOS QUE HAN EJERCIDO EL MISMO MINISTERIO QUE TÚ, HAN SENTIDO LA MISMA ANGUSTIA

Jean Baptiste Mille tenía 31 años y había sido ordenado 18 meses antes. Ahora se encontraba en Billens, como superior del escolasticado y maestro de novicios. Los sucesos políticos en Francia habían llevado a Eugenio a no tener opción, sino encomendarle dicha responsabilidad.  No es de sorprender que le angustie la tarea formativa que debe realizar en las vidas de quienes están bajo su cuidado por tan breve tiempo.

Lejos de encontrar largo el tiempo de preparación, hay que reconocer no es suficiente para despojarse del hombre anterior, adornar su alma con todas las virtudes necesarias  y disponerse a ofrecer a Dios una ofrenda lo menos indigna posible..

Eugenio le ofrece consuelo paternal y consejo:

Predica la humildad, la desconfianza de tí mismo e inspira un gran deseo de perfección, por mucho que cueste lograrlo. La tarea que te ha sido encomendada es una de paciencia, con frecuencia sembrada de penas. No importa, la obediencia hace fácil lo que sería abrumador para la naturaleza dejada solo a sus fuerzas. Supera el mal con el bien; nunca pierdas el ánimo, todos los que han ejercido el mismo ministerio que tú, han sentido la misma angustia. Pide a Dios su luz, haz bien todo cuanto dependa de ti para lograr el éxito, abandónate  a la divina Providencia sin angustia ni inquietud, quien no abandonará a quienes dejan en ella su esperanza.

Carta a Jean Baptiste Mille y a los Padres y Hermanos en Billens, Noviembre 3, 1831, EO VIII n 406

Bellas palabras para quienes han recibido la encomienda del desarrollo de los jóvenes: padres, maestros, formadores, directores espirituales, pastores… “encomiéndate con un corazón tranquilo y sin angustia a la divina providencia, quien no abandonará a quienes dejan en ella su esperanza.”

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