La casa de formandos en Billens se componía de jóvenes con grandes sueños. Sin embargo, algunos de ellos no eran prácticos, por lo que Eugenio comenta al superior, P. Mille:
Le recomiendo disuadir al P. Ricard de su proyecto de viajar al extranjero. No es para él; que se contente en trabajar anticipadamente en la viña del Padre. Que humildemente y sin perder el espíritu, deje un sueño que tal vez no llegará nunca. Parece que el P. Tempier no debía haberle hablado de las veleidades en la cabeza del P. Touche. Ocúpese de sus estudios en Billens y que cada cual se esfuerce en adquirir las virtudes de su santo estado. Todos serán aptos para cualquier ministerio cuando la obediencia determine a cada uno su lugar
Carta a Jean Baptiste Mille, Septiembre 25, 1831, EO VIII núm. 404