Al escribir a Tempier desde Billens y la granja que era ahora propiedad de los Oblatos como seminario, Eugenio se muestra frustrado por la falta de éxito
No entiendo el lío que han hecho con las vacas; vendieron las lecheras para comprar algunas más jóvenes que producen muy poco. Sospecho que Mille fue engañado por el granjero que sólo mira sus intereses, que no son siempre los nuestros. Mientras tanto, todos los animales comprados que pertenecen en común al amo y al granjero y que deberían pagarse conjuntamente, se pagaron con nuestro dinero, aumentando la deuda del granjero, sin darle mayores facilidades para pagarla. Aún así, no podían dejar de comprar vacas, pues se debe consumir el heno, casi única producción de estas regiones. Desearía ver resultados en la mantequilla y queso para vender y sólo me muestran estiércol. En resumen, estoy muy descontento, sin saber a quien responsabilizar
Carta a Henri Tempier, Agosto 22, 1831, EO VIII núm. 401