MÉTODO PARA MANEJAR LA DIVISIÓN EN UNA COMUNIDAD

La comunidad Oblata en Marsella parecía haber perdido su dirección y Eugenio nos da la impresión de que todos estaban muy temerosos para enfrentar los sucesos.

Hace dos días que estoy en el Calvario, en contra de los consejos que intentaban apartarme de ello. Tal vez les hubiese dado mayor atención si mi conciencia no me impusiera atender el bien de todos.

Al considerar los factores que habían perturbado el bienestar de la comunidad, Eugenio, como superior mayor de la Congregación, estaba consciente de su deber de intervenir por el bien de todos.

Por una parte, las circunstancias y por otra las enfermedades, la muerte y algunas otras razones, se habían conjuntado para desarticular nuestras observancias.

Antes de realizar la reunión comunitaria, se había reunido individualmente con cada miembro de forma privada, dándoles la oportunidad de expresarse libremente.

Antes de entrar en la casa, escuché a cada uno en particular,

Después llevó a la oración lo que había escuchado:

he considerado en la balanza del santuario las cosas y las personas,

Así reunió a toda la comunidad, consciente por completo de actuar no por autoridad propia, sino de acuerdo con la autoridad de la Regla de Vida a la que cada Oblato se había comprometido públicamente.

luego Regla en mano, llegué a restablecer el orden, sin el cual no podía haber entrado. Hay que decir en elogio de todos, que sólo requerí media hora de conversación para dejar todo en su sitio y desde entonces todo va a la perfección.

Carta a Hippolyte Courtès, Marzo 6, 1831, EO VIII núm. 386

El método había tenido éxito: el interés por el bienestar de la comunidad, reuniendo los hechos, reflexionando al respecto en oración y utilizando después la luz de la Regla y su autoridad, ayudando a la comunidad a tomar sus decisiones.

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