QUIERO DEMASIADO A ESE HERMANO, A QUIEN TENGO SIEMPRE PRESENTE EN MI ESPÍRITU

Las instrucciones de Eugenio a Tempier, quien salió en visita a los Oblatos, estaban respaldadas con una carta personal, en la que explica sus preocupaciones.

Al escribir acerca de uno de los jóvenes Oblatos en formación, vemos la cariñosa preocupación de Eugenio por el bienestar y desarrollo del escolástico, pero también por las áreas prácticas que necesitan corrección, para que se convierta en un santo misionero.

Le recomiendo que abrevie sus sesiones en la sacristía, en el taller de la costurera y en el locutorio. Creo no le es provechoso ver tanto a su madre, que solo le habla de cosas inútiles; una vez por semana me parecería suficiente; de otro modo, no adquirirá nunca el espíritu religioso.
Quiero demasiado a ese hermano, a quien tengo siempre presente en mi espíritu, para no preocuparme realmente por él, obligado como estoy a vivir lejos. Desearía que estudiara más, como es nuestro deber, en la medida que su estado lo permita. En una palabra, insístale en todos los puntos esenciales para que se santifique conforme a su vocación.

Carta a Henri Tempier, Julio 16, 1829, EO VII núm. 333

El objetivo de Eugenio para todos los Oblatos: santificarse conforme a su vocación, a través de todo lo que hace.

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