CUALQUIERA QUE ESTÉ SUFRIENDO O ME NECESITE, PUEDE CONTAR CON MI AYUDA

El Eugenio de 26 años continúa reflexionando sobre su personalidad, entendiendo algunos elementos interesantes de su afectividad y cómo esto afecta en el servicio a los demás.

Nada carnal se mezcla con estos anhelos que surgen de la parte más noble de mi corazón. Tan cierto es esto, que siempre me he negado a cualquier amistad con las mujeres, porque esa clase de relación entre diferente sexo, más es cosa de los sentidos que del corazón. La categoría de la persona no influye para nada en el sentimiento que me lleva a amar al que me quiere de verdad. La prueba está en que me siento encariñado de un modo increíble con los criados que me son fieles de verdad; no cuenta separarme de ellos; siento un desgarre al despedirlos; me intereso por su bienestar y no omito nada  para procurárselo. Y eso no por magnanimidad ni grandeza de alma, que por ese motivo sólo actúo con los indiferentes, sino por sentimiento, por ternura y tengo que decirlo, por amistad.
No se debe creer por eso que me siento llevado a servir sólo a los que me aman. Lejos de eso, todo el que sufre o necesita de mí, tiene derecho a mis servicios.

Autorretrato de Eugenio para su director espiritual, en 1808, E.O. XIV n. 30

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