En la primer Regla, los misioneros establecen su deseo de llevar una vida equilibrada que incluya la importancia de la oración y el estudio, para no ser vasijas vacías sin nada que ofrecer al estar en misión:
Petición de Autorización Dirigida a los Señores Vicarios Generales de Aix, Eugenio y sus primeros compañeros deseaban una vida que equilibrara el dar y recibir. Los misioneros necesitaban recibir, a través de la oración, el estudio y la reflexión, para tener algo valioso que compartir a través de su misión. Sin este equilibrio, se convertirían en timbales estruendosos sin substancia para ofrecer en sus actividades evangelizadoras y sin la habilidad para ser evangelizados por los más abandonados. Veinte años después, Eugenio sigue subrayándolo:
Carta a Eugene Guigues, Mayo 27, 1835, EO VIII n 516 “Cuidamos mejor a nuestro smartphone que a nosotros mismos. Sabemos cuando se ha agotado la batería y la recargamos”. Arianna Huffington
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