¿CONVERSIÓN UN VIERNES SANTO – MITO O REALIDAD?

Para la mayoría de nosotros, la experiencia religiosa de reconocer la presencia de Dios que lleva a la conversión personal es un largo y lento proceso – normalmente ni siquiera estamos completamente conscientes del significado de lo que sucede, sino hasta después, al mirar atrás y reflexionar. A menudo escuchamos la experiencia de Eugenio el Viernes Santo presentada como si fuera el único y repentino momento que experimentó en su trayecto a la conversión: una epifanía Saúl camino-a-Damasco. Ciertamente el Viernes Santo fue un parteaguas, pero solo dentro del contexto de un largo trayecto de conciencia y experiencia que llevó a su gradual cambio personal.

El Eugenio que supuesta y repentinamente se embelesó al mirar la Cruz un Viernes Santo, no es un gran ejemplo o ánimo para el resto de nosotros que no estamos “embelesados”, al nunca haber tenido una experiencia religiosa repentina similar. Podemos alegrarnos por él, pero queda ahí en el ámbito de la estatua de yeso del santo, sin tocar nuestra vida real. No, la experiencia de Eugenio me habla entonces de un recorrido de conciencia – un trayecto de despertar que nos inspira a hacer lo mismo. Describí sus años de tibieza y de estar perdido con cierto detalle, para recalcar exactamente esto: en su camino encontramos un espejo a nuestra propia historia de conciencia y de la falta de ella, de fidelidad e infidelidad a la presencia de Dios en nuestras vidas. Siendo santo, nos acompaña hoy en día por el mismo camino, como guía e intercesor.

Varios años después, Eugenio escribió a su madre acerca de su período de indiferencia:

Cuando la gracia me urgió más que nunca a dedicarme por completo al servicio de Dios, no quise decidir nada a la ligera y debiste notar que empezaba a dejar ese estado de tibieza en que había caído y que inexorablemente me habría llevado a la muerte; intenté con mayor fervor merecer nuevas gracias del Señor, y siendo generoso, no dejó de concedérmelas…

Carta a su madre, Marzo 23-24, 1809 EO XIV núm. 49

¿Puedo identificarme con el “estado de tibieza” de Eugenio? ¿Qué me enseña la experiencia de Eugenio como seguidor de Jesús?

SPANISH

“Para mí la conversión no fue una experiencia del Camino a Damasco. Fui lentamente de una aceptación intelectual a lo que mi intuición siempre había sabido.”   Madeleine L’Engle, Novelista Cristiana

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