EL PEQUEÑO CONDE

Resumiendo las cartas de Eugenio durante esta etapa, Pielorz nos da una imagen de la vida de Eugenio en Palermo:

«Siendo acogido como miembro cercano de la principesca familia, Eugenio ya no es un ascético veneciano, ni el pez fuera del agua en el tiempo de Nápoles. Ahora toma conciencia de su nacimiento en la nobleza y desea cubrir los huecos en su educación aristocrática, cuyas deficiencias le parecen muy evidentes.

En medio de este ambiente aristocrático, Eugenio desea ganarse el respeto de los demás y poner en alto su título y las prerrogativas de su noble nacimiento. Escribe a su padre el 18 de octubre de 1799:

Estuve encantado de conocer una parte de mi genealogía, pues ignoro por completo lo relativo a mi familia. Sin embargo, puesto que ya tengo edad suficiente y estoy muy interesado en ello, de vez en cuando quisiera saber algo de ella… Y por tanto, querido padre, cuando tenga tiempo de hacerlo, me daría un gran gusto si pudiera instruirme acerca de los asuntos y los lazos unidos a nuestra familia.

Cuando supo sobre su genealogía, consideró que sería tan buena como la de los condes sicilianos. De ahí en adelante, su título sería: Signor Conte Eugenio de Mazenod [Señor Conde Eugenio de Mazenod]. “Los italianos le llaman Eccelenza [Su Excelencia], il conte, [el conde], il contino [el pequeño conde],” escribió el Presidente de Mazenod a Ninette, el 19 de octubre de 1802…

Octubre 18, 1799, il contino Eugenio escribió a su padre:

¡Qué desgracia para un conde no saber tirar, montar a caballo, cazar o bailar.” Por lo que aprovecharía las lecciones de equitación del tutor de la casa Cannizzaro.

Esta imagen es muy diferente a la de Nápoles. No es ya el casi monástico estilo de vida bajo la sabia y cariñosa supervisión de Don Bartolo. Es la vida al aire libre, la vida mundana y frívola del castillo. El ayuno de Venecia dio paso a grandiosas cenas de la cocina siciliana, comidas que el apetito del joven sabría aprovechar bien.

Eugenio va de fiesta en fiesta y de una recepción a otra. En una palabra: todo lo mundano.»

Pielorz , The Spiritual Life… pág. 90

Pasarían algunos años más antes de que Eugenio recibiera la gracia de descubrir donde “la verdadera nobleza” se encontraba en su vida.

SPANISH

“No hay nada de noble en ser superior de tus iguales. La verdadera nobleza está en ser superior a tu ser anterior.”   Ernest Hemingway

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