ESPERANDO Y REZANDO AL DISMINUIR LA ESPERANZA

El día anterior a salir a Reims fue Domingo de Pentecostés y Eugenio le escribió a su madre:

El santo día de Pentecostés fue muy apropiado para aprovechar la oportunidad de dar el Espíritu Santo a Caroline. Mi tío celebró la Misa en su habitación y le administró el sacramento, al igual que a cualquier otra joven que se encontrara preparada para ello. Antes de confirmar a esta criatura, era apropiado que hiciera su primera comunión. El tío se ocupó de ello y ayer por la tarde nuestra querida niña tuvo la dicha de recibir la Comunión por vez primera; estuvo perfectamente dispuesta para ello y todo marchó bien, para edificación de todos.

Carta a su madre, Mayo 22, 1825, Archivos Generales Roma, AGR MJ I-1

Al deteriorarse la salud de Caroline, su madre escribe a su esposo: “Puedes creer, querido amigo, que no se ha descuidado nada para aliviarle: medicinas, remedios, oraciones. ¿Qué más queda por hacer que abandonarse con confianza en los brazos de Dios? Él es su padre y el nuestro; Él sabe mejor que nosotros lo que es necesario para la salvación de nuestras almas. Aceptemos su plan y dejemos las quejas.

Mi tío y hermano han alargado su estancia en París por compasión hacia mí, pues parece que sus asuntos están terminados. No soportan dejarme sola en mi sufrimiento. Cómo agradezco a Dios cada día que el rey, al llamarlos, ha hecho posible que estén aquí para darme fuerza y consuelo.” Carta de la hermana de Eugenio a su esposo, Conde Armand de Boisgelin, Junio 19, Archivos Generales Roma, AGR MJ I-4

 

“Dios se ha reservado el derecho de determinar el fin de la vida, pues sólo Él sabe el objetivo hacia el que Su voluntad ha de llevarla. Depende sólo de Él justificar una vida o hacerla naufragar.”  Dietrich Bonhoeffer

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