REGLAS: EXPONER EN PALABRAS LA EXPERIENCIA DE VIDA

Eugenio pasó 13 días en St. Laurent, escribiendo las 55 páginas de las Reglas. Su biógrafo, Jeancard, lo describe en forma poética como Moisés “subiendo el Monte Sinaí para recibir los Mandamientos de Dios.”

Este no fue el caso – aunque el proceso de redacción fue realizado en un verdadero espíritu de oración y discernimiento de la voluntad de Dios. Es por ello que pudo decir con convicción a los Oblatos cerca del final de su vida:

Por mi parte, mis muy queridos Hijos, me contentaré en resumir mi consejo en una sola recomendación: lean y mediten sobre sus Santas Reglas. En ellas encontrarán el secreto de su perfección; contienen todo lo que es necesario para llegar a Dios.

Circular 1, 2 de agosto de 1853, E.O. XII

Es evidente que la mayor parte del trabajo se había realizado en los años previos. Fue la ocasión de poner en palabras el espíritu mediante el cual vivió los sucesos de los años anteriores.

Al recopilar las Reglas de los Misioneros de Provenza en 1818, Eugenio pisaba suelo firme.

En primer lugar, esbozó la experiencia propia de la firme formación recibida en St. Sulpice y cómo le fue útil en la práctica en su vida y ministerio, por casi siete años después de su ordenación.

Sus ideales y reglas para la Congregación de la Juventud habían sido probadas e incluyó su experiencia en ellas.

A ello se añadió la experiencia de los casi tres años de existencia de los Misioneros de Provenza y su práctica en la vida comunitaria y ministerio al proclamar la Palabra de Dios a través de las misiones en Provenza y el ministerio en Aix.

Todo lo que había en el interior de Eugenio quedó plasmado en las Reglas. El objetivo en ellas fue comunicar lo que le motivaba a actuar y la actitud que le era particular al grupo de misioneros. Por medio de las Reglas como guía e instrumento de formación, buscaba transmitir el espíritu que habría de permear su vida y ministerio.

Actualmente, la Constitución 163 invita a los miembros de la familia Mazenodiana a seguir la inspiración del espíritu de Eugenio, consagrado en las Constituciones y Reglas:

Las Constituciones y Reglas indican a cada Oblato el modo de caminar siguiendo las huellas de Jesucristo. Se inspiran en el carisma que vivieron el Fundador y sus primeros compañeros; además han recibido la aprobación oficial de la Iglesia. Permiten así que cada uno evalúe la calidad de su respuesta al llamamiento recibido y llegue a ser santo.
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